miércoles, 3 de noviembre de 2010

Embarazo Adolescente


Cuando pensamos en la llegada de un hijo, lo imaginamos dentro de una familia bien constituida, con un padre y una madre. Con la protección de ellos y la estabilidad que les permita darle todas las comodidades que su hijo necesite. Pero vemos como este concepto ha ido evolucionando a lo largo de los años, ya que hoy vemos como madres adolescentes se enfrentan a un embarazo y siguen adelante con sus vidas.

La adolescencia es un periodo de cambios, donde se pasa de niños, a ser hombres y mujeres. Es un tiempo para asimilar este cambio ya que no son solo corporales, sino también emocionales.

Según estudios los embarazos adolescentes se presentan por la poca confianza que ellas presentan hacia si mismas y con un gran sentimiento de soledad, que intentan cubrir con el cariño por medio de la relación que forman con su pareja. Estos sentimientos de soledad, y de poca confianza se dan por los cambios hormonales que experimentan las adolescentes, que las confunden y las hace cambiar drásticamente de humor.

Al no tener comunicación con sus padres sobre lo que son las relaciones sexuales y sobre los cambios que comenzaron a experimentar, ellas buscan dentro de sus pares las respuestas a sus preguntas y solucionar las inquietudes que tienen, dado que ellos están experimentando lo mismo y son capaces de hablar lo que sienten. Pero son sus pares los que con esa misma inexperiencia la llevan a cometer errores que terminan en embarazos adolescentes.

Estudios demuestran que el 60% de las madres pertenecen a familia cuyos padres están separados y un 40% no ha vivido en una familia estable.

Los riesgos en un embarazo adolescente son altos. Ya que una mujer inferior a los 20 años, no ha desarrollado su cuerpo para poder llevar un embarazo a término, dado su inmadurez hormonal y el incompleto desarrollo del útero, el niño es de bajo peso y los alumbramientos son precoces.

La deficiente desnutrición de la adolescente, las malas condiciones de reposo y su bienestar físico durante el embarazo son factores de riesgo. A esto se le suma que las madres adolescentes no toman los cuidados necesarios durante los primeros meses por la negación a este.

Al llegar el momento del embarazo, vemos como los adolescentes son presionados a madurar bruscamente. Por lo general los hombres dejan sus estudios y salen a trabajar, y las madres deben hacer lo mismo, pero para cuidar de su hijo. Dejan de lado las salidas con amigos, sus fiestas y la vida de adolescente común.

La deserción escolar es uno de los principales problemas para las madres adolescentes, ya que volver a la escolaridad es difícil y esto aumenta aun más la pobreza en las madres. Mientras que están embarazadas su rendimiento académico es deficiente ya que ellas optan por repetir, siendo el 100% de las adolescentes que cierra su año escolar antes de tiempo. Esta decisión la toman ya sea por vergüenza o por razones médicas como son el síndrome hipertensivo y el parto prematuro.

Como mencionamos anteriormente las madres adolescentes no están preparadas ya que siguen siendo niñas tanto cognitivamente, como afectivamente e incluso económicamente. Esto aumenta aun más la posibilidad de que estas madres vivan como allegadas y es mínima la posibilidad de que estos niños lleguen a vivir con sus padres. Esto produce que los padres no aporten económicamente a sus hijos y lleguen a dejar de verlos.


En el Lugar de Otro

Cuando la profesora nos planteó que teníamos que realizar una actividad de la vida diaria donde simuláramos una discapacidad, me pareció muy interesante de abordar ya que esto no lo realizamos diariamente y no es parte de nuestro diario vivir.

Comencé a pensar en una actividad que realice diariamente, la cual sea significativa para mí, siendo fundamental para vivir en un mundo social y que permita la supervivencia básica y el bienestar. La AVD realizada fue “Baño y ducha”, en la cual se deben usar los implementos necesarios para jabonar, enjuagar y secar las partes del cuerpo, manteniendo la posición en el baño.

La discapacidad que simulé fue no tener el miembro superior derecho. Utilicé este lado del cuerpo ya que soy diestra, por lo tanto, la idea era que me costara ducharme, teniendo un mayor grado de dificultad, puesto que si utilizara el brazo, ante brazo y mano derecha para asearme me costaría mucho menos.

Desde el primer momento en que ingresé a la tina, posicioné el brazo derecho en la parte posterior del cuerpo, es decir, en la espalda ya que si lo dejaba en la posición normal, en cualquier momento, inconcientemente, me ayudaría de este para lavarme el pelo y cuerpo.

Al momento de realizar la actividad pensaba en cómo cambiaría mi vida si la discapacidad simulada fuera cierta, todo sería muy distinto, pero a la vez, tendría que aprender a vivir con ella y salir adelante. Ahora me doy cuenta lo poco que valoramos nuestro propio cuerpo; todos los días realizamos nuestra rutina de forma muy normal y no nos percatamos de todo lo que ella conlleva, cada paso necesario para llegar a la acción. Estamos tan acostumbrados a tener todas nuestras funciones y estructuras corporales intactas y no valoramos realmente la función que cumplen cada una de ellas, siendo fundamental para cada día.

Al término de ducharme, sentí que la actividad no tuvo un gran grado de dificultad como pensaba, pero esto no quiere decir que no lo haya tenido. Por ejemplo, el brazo izquierdo se me cansó mucho ya que era el único que usaba, por lo tanto habían momentos en que tenía que bajarlo para descansar. Lo que más me costó fue jabonarme la axila y lado izquierdo de la espalda, puesto que no sabía la técnica para hacerlo, por lo tanto, estas dos partes no las pude asear de la forma más correcta posible. Otro aspecto en que me compliqué, fue que mi bálsamo está envasado en un recipiente redondo con tapa y al momento de volver a colocarle la tapa luego de utilizarlo, no podía ya que ésta se me resbalaba. Finalmente, logré volver a introducirla con ayuda de la cadera, pero no me resultó de la mejor forma.

Por otro lado, aprendí a valorar mi cuerpo y tomar conciencia de que mis estructuras y funciones corporales no se encuentran alteradas, puesto que las partes anatómicas de mi cuerpo como órganos, sistemas, sus componentes y las funciones fisiológicas se encuentran en buen estado.

También puedo decir, que las habilidades del desempeño, más utilizadas en el desarrollo de la actividad de baño y ducha, son las habilidades motoras y de procesamiento ya que por un lado, se necesita de mucha estabilidad para mantener el tronco controlado y equilibrado de modo permanente durante el aseo del propio cuerpo. Del mismo modo, se necesita de alineación para mantenerse correctamente en una posición, sin la necesidad de apoyarme en las paredes del baño durante el desempeño de la actividad. Además se necesita de mucha posición del cuerpo, de manera que promueva el movimiento del brazo de modo eficiente para lavarme correctamente.

Relacionado a las habilidades de procesamiento, es muy importante seleccionar correctamente los productos de aseo a utilizar y seguir el objetivo, para completar la tarea de baño y ducha.

Por otro lado, me di cuenta al realizar la actividad de todo lo que deben vivir las personas que presentan algún tipo de discapacidad. No es fácil vivir sin uno de los miembros superiores, puesto que, nuevamente hay que aprender a realizar todas nuestras actividades de la vida diaria, por ejemplo como fue en este caso “Baño y ducha” utilizando un nuevo método. Quizás, para algunas personas no sea tan complicado, pero para otras lo puede ser. Por este motivo es muy importante la ayuda de un Terapeuta Ocupacional, ya que estos nos ayudan, entregándonos las herramientas necesarias a lo largo del proceso de rehabilitación, hasta lograr, nuevamente, realizar nuestra vida de manera normal e integrarnos a la sociedad. Finalmente, si relacionamos la discapacidad con la discriminación, puedo decir que la gente nos puede mirar de forma diferente a como lo hacían antes, creyendo que somos menos personas. Por esta razón es muy importante, luchar cada día para romper la barrera que existe en la mayoría de las personas referente a la discapacidad. Todos somos personas y debemos tener los mismos derechos.

martes, 26 de octubre de 2010

Con una mochila a cuestas


Si tomáramos en cuenta para describir a una persona con discapacidad el hecho de que una persona presente uno o más problemas a la hora de realizar una actividad en su vida cotidiana, en el minuto que esta barrera es eliminada pero su condición física es la misma, ¿ya no nos encontramos frente a una persona con discapacidad?

La vida y los pensamientos de cada persona son bastante frágiles e insignificantes en mas de algún modo en nuestra vida cotidiana, es aquí donde muchas veces nos encontramos con incongruencias que nos acompañan como sombras y cosas que no queremos ver o no queremos hacer participes de nuestra vida. Es cierto que cada quien tiene derecho a pensar y sentir, pero esta libertad muchas veces le pisa los talones a la libertad de la persona que se encuentre a mi lado haciendo notoria los cambios que pueden haber entre nuestras vidas, eso que llamamos individualidad que no sabemos como respetar.

La discapacidad en nuestro país va mucho mas allá de ser un problema físico o mental que una persona pueda llegar a tener, es más bien una mochila con la cual debemos cargar como ciudadanos no pensando en la persona que pueda llegar a tener algo que afecte su desempeño, si no mas bien pensando en que la discapacidad tiene un foco de expansión mayoritariamente en nuestros propios ojos y en los ojos de la ciudad en que vivimos. ¿Acaso si la idea es avanzar, importa si lo hago sobre ruedas o sobre pies? Si las calles fueran aptas para que una persona se desplazara en silla de ruedas, no existiría mayor diferencia en la manera de seguir adelante, pero muchas veces las estructuras no cuentan con medios necesarios, por lo cual podrían considerarse como discapacitadas para recibir a alguien que no se desplace con sus pies. Aquí es donde surge la diferencia y nos damos cuenta de que una persona no es capaz de realizar la actividad que hacemos, por lo cual decidimos pensar que lo que afecta realmente es una característica propia de ella, en lugar de pensar en que si las condiciones del entorno fueran diferentes, también lo sería esta situación.

Como un poco de empatía no le hace mal a nadie, decidí comenzar a ponerme en los zapatos de una de estas personas y comencé a realizar actividades que suelo hacer, solo que de una manera diferente, para ver como impacta sobre ella el medio ambiente físico y otros aspectos necesarios para entender un poco la vida que llevan algunas personas.

Luego de realizar algunas actividades me quedé con una para este análisis que fue ducharme con la mano izquierda. Lo primero que se me vino a la cabeza a partir de esta actividad, es la poca conciencia que tenemos como sociedad sobre todas las cosas que hacemos sin darnos cuenta y que pasan desapercibidas en el día a día.

En una conversación común conceptos como Actividades de la Vida Diaria y Actividades instrumentales de la vida diaria no suelen aparecer y no se tiene un conocimiento, o no por lo menos a cabalidad de este. Las primeras nos indican actividades necesarias para vivir en un mundo social, que nos permiten la supervivencia básica y bienestar de cada persona (Christiansen y Hammecker, 2001). Entre ellas encontramos algunas como baño y ducha, alimentación, vestuario, entre otras. Las segundas (AIVD) están consideradas como apoyo a la vida cotidiana en el hogar y la comunidad, estás pueden o no requerir interacciones así como también pueden ser delegadas a otro. Entre ellas tenemos cuidado de mascotas, de niños y de otros, manejo de la comunicación, práctica religiosa, etc.

Estos conceptos sí toman una importancia mayor cuando tenemos una dificultad adicional para realizar una actividad y cuando la ejecución de esta no se vuelve tan obvia.

En el caso de la actividad que yo realicé lo que primero me pasó fue que no dimensioné las dificultades que podía tener, primero en agotamiento físico ya que la mano izquierda era que tenía que realizar todo “sola” y muchas veces el masaje del pelo con el shampoo se volvía un tanto cansador. También tuve que solucionar un par de inconvenientes surgidos en el camino, como por ejemplo cómo apretar el shampoo y poner la mano al mismo tiempo. Para esto decidí abrirlo, ponerlo alrevés y apretarlo con el mentón al mismo tiempo que ponía la mano debajo, para dosificar la cantidad que me echaba a la cabeza y no desperdiciar nada. El verdadero problema surgió cuando tuve que echarme bálsamo, actividad que finalmente no realicé, ya que mi bálsamo no es en botella, si no que es en un recipiente redondo con una tapa que se gira. Es por esto que por mas que lo intenté no conseguí abrirlo teniendo que sufrir las consecuencias luego, mientras me desenredaba el pelo con mi mano izquierda aún, no sin sentir un poco de frustración por mi pequeño fracaso.

Es impresionante cómo una persona que tiene una necesidad puede desarrollar habilidades que nosotros ni pensamos y puede solucionar problemas que surgen en el camino, problemas un tanto básicos para otros (jamás me había puesto a pensar de cuantas maneras podía abrir mi bálsamo en el caso de necesitar hacerlo de otra forma) pero complejos para algunos.

La actividad no pasó al olvido y con el pelo un tanto enredado por la experiencia anterior me dispuse a realizarla nuevamente, está vez decidida a lograr completar cada uno de los pasos que mi actividad requería para tener éxito. Una vez lograda gran parte de la actividad me dispuse a pensar en como abrir este recipiente, mientras mi mano izquierda expectante se mantenía al lado para realizar su intervención. Finalmente, se me cayó el recipiente, lo que pude considerar beneficioso, porque al verlo junto a mis pies decidí apretarlos junto a él y abrirlo con mi mano izquierda, un tanto cansada pero a la espera de poder realizar la actividad completa.



Esta vivencia me hizo darme cuenta no sólo de las dificultades que día a día una persona con discapacidad debe sortear, si no que también nosotros tomamos como obvias muchas cosas que no lo son y ante la menor dificultad “tiramos la esponja” y decidimos que es mejor no realizar nada antes que fracasar. Esta es una visión que acompaña a muchos y que día a día me hace pensar en que cada persona no sólo debe estar infinitamente agradecido por lo que le ha tocado, si no que también debe tener una conciencia clara de que la perseverancia es importante si de una u otra forma queremos alcanzar los sueños que la vida nos propone.

No sería mala idea, pero sí un poco utópica que la persona que tuviese la oportunidad de realizar alguna actividad como esta lo hiciera, ya que sería importante cultivar el valor de la empatía como propio de nuestra sociedad y poder tener un poco mas de conciencia que una persona con discapacidad puede realizar muchísimas cosas si se lo propone y de las maneras mas increíbles, lo que no puede hacer es dirigir esa fuerza interior que tiene cada uno de ellos hacia las personas que cargan esta mochila de la indiferencia a cuestas donde la discapacidad está puesta. Es trabajo de todos tomar esta mochila que no nos deja ver las cosas con claridad y lanzarla lejos, para que cada uno de nosotros pueda apreciar el esfuerzo, la dedicación, la perseverancia y la tolerancia al error de los muchos que a lo mejor realizan las cosas de distinta manera a nosotros, que a lo mejor deben abrir su bálsamo con los pies, pero tienen la suerte de no llevar esa mochila a cuestas.

TERAPIA ECUESTRE

 Tuvimos el agrado de asistir al centro de Terapia Ecuestre de Las Condes, he aquí nuestra experiencia...

            La Terapia Ecuestre es una técnica de rehabilitación que se  fundamenta en como el caballo transmite movimientos rítmicos y simétricos a la persona que son los mismos que el ser humano presenta al andar, pero no solo con un componente rehabilitador, sino que también con un componente recreativo.

            Es una terapia muy beneficiosa, ya que impacta en muchos ámbitos del cuerpo y desempeño humano. Contribuye positivamente en las aéreas cognitivas, físicas, emocionales y sociales de personas con discapacidad. Específicamente,   ayuda a mejorar el control postural y de tronco, el equilibrio, coordinación de movimientos, es útil para el fortalecimiento de los músculos, estimula la integración sensorial, mejora de rangos articulares, elongación, relajación, estimulación del sistema nervioso, entre otras cosas. Por otra parte, también contribuye a una significativa mejora en procesos básicos para el aprendizaje, al favorecer la comunicación, concentración y memoria. Asimismo, se produce un intercambio afectivo con el animal.

            El centro ecuestre de Las Condes recibe a distintas personas con necesidades y características diferentes. No hay un rango de edad determinado para las personas que solicitan esta terapia ya que esta misma puede ser para niños desde aproximadamente 3 años hasta personas adultas, según sea la necesidad de la intervención. Tampoco hay una diferencia en género ya que puede ir enfocada tanto hombres como mujeres y a distintos tipos de personas, como por ejemplo personas con Síndrome de Down, Esclerosis múltiple, secuelas de accidentes, problemas neurológicos, Hipo o hipertonía muscular, Parálisis cerebral, Lesiones medulares, Retraso psicomotor, Espina Bífida, entre otros.

                        Cada sesión dura aproximadamente 30 minutos, y se realiza simultáneamente con 5 participantes dependiendo del día y cada uno de ellos con atención personalizada. Primero, se da un par de vueltas al recinto, con la persona en el caballo con la asistencia que sea requerida. Luego, se le pasa a la persona un pequeño aro de goma, el cual debe atravesarlo a un palo que se coloca a distintas distancias de él, para ir trabajando con la estabilidad del tronco, control postural, entre otras. Después de esto la persona debe trabajar con aros grandes, los cuales los tiene alrededor del cuerpo y debe ir retirando paulatinamente. Al término de esto, se trabaja con el trote a caballo para que la persona logre estabilidad, control postural, desarrollo de fuerza muscular y otras cosas que se deben trabajar. Luego se dan unas vueltas al recinto como para dar por terminada la sesión. Es importante señalar que durante la sesión cada persona tiene la asistencia que requiera, por ejemplo el día de nuestra visita me tocó asistir con una de mis compañeras a pablo, un hombre de 30 años que asistía a terapia ecuestre hace algunos años, con el que se trabajaba lo antes señalado. Para esto durante toda la sesión con mi compañera lo teníamos sostenido de las piernas para evitar algún tipo de accidente.

            La participación de los usuarios es activa y pasiva dependiendo el caso. Por ejemplo, el día de nuestra visita asistimos una sesión en la cual había participantes que realizaban sus ejercicios solos o con ayuda ocasional y se encontraban alerta durante toda la sesión para ver que tenían que realizar. En cambo, hubo un caso en el cual llegó un hombre con espina bífida el cual lo montaron encima del animal y participó durante la sesión de manera pasiva, beneficiándose de los movimientos del caballo pero no realizando ejercicios por sí solo.

            El ambiente que se vive en el centro es bastante grato ya que la mayoría de los usuarios se conocen entre ellos y ocurre lo mismo con profesores y asistentes a la sesión. Tiene sin duda un fuerte componente recreativo ya que se presta para bromas y chistes, lo cual hace que una terapia no sea exhaustiva, si no que todo lo contrario, lo que se ve reflejado en que los participantes asisten contentos y sin ganas de que la sesión acabe. También tiene un componente familiar, ya que los usuarios asisten con algún miembro de su familia o alguien cercano, es por esto que se crean lazos y se da una sana interacción.

            El grupo está a cargo y es supervisado en todo momento por la profesora, pero cada persona tiene uno o dos asistentes, alguien que lleva el caballo y alguien que monte atrás del usuario si fuese necesario. Durante en desarrollo de la sesión, los asistentes son los que van realizando y ayudando a realizar los ejercicios pero la profesora a cargo va rotando constantemente para ver si estos se están realizando bien o debe haber una modificación en estos mismos.

            Esta terapia, si bien es cierto no ha alcanzado los rangos de popularidad que a muchos nos gustaría, es una terapia bastante beneficiosa y que beneficia al ser humano en muchos ámbitos, lo cual la hace bastante completa. Su singular modo de trabajo, basado en la forma similar al humano que toma el caballo al caminar y la transmisión de estos movimientos a la persona, hace que esta terapia alcance logros bastante positivos en un tiempo relativo, pero evaluado como positivo.

            Desde sus inicios en nuestro país, en el año 1986, ha tenido un alto impacto en nuestra población y ha ido incorporándose paulatinamente a más centros de Chile, aunque actualmente, siendo una actividad ya extendida y con una visión sólida a futuro aún son pocos los profesionales calificados para realizar esta terapia, siendo menos aun los lugares donde  es posible acudir en el caso de requerirla.

Es por esto, que creo que Chile es un país subdesarrollado en muchísimos aspectos. Y no me refiero a algo tecnológico, si no a algo que v un poco mas allá que es la visión que se tiene de la discapacidad y que a partir de esta misma se traen pocas técnicas que se sabe que son fructíferas o no se trabaja con ellas de manera adecuada. Asimismo, nos damos cuenta que hay pocos profesionales relacionados con el área porque también no hay tanto interés, lo cual creo debería cambiar si queremos que Chile comience a ser un país más inclusivo y que comparta con su población nuevas técnicas que traigan felicidad y oportunidades cada día a más personas.

EL COMIENZO DE ALGO GRANDE

El 3 de marzo del año 2009 comenzó una etapa totalmente nueva para nosotras. Llegabamos a una ciudad, que si bien la conocíamos, no nos ubicabamos tan bien, no sabíamos mucho de ella y mucho menos la sentíamos como parte de nosotras. Si bien, ha sido díficil hemos tenido pequeñas ayuditas y nos hemos encontrado juntas en este camino compartiendo sueños, tristezas, alegrías y vivencias. Pero la razón de permanencia de cada una de nosotras aquí tenía y tiene hasta el día de hoy una razón muy fuerte de ser. Esta es, el amor que cada una de nosotras siente por la Terapia Ocupacional, nuestra futura profesión. En este blog, queremos compartir los acercamientos que hemos tenido en conjunto y personalmente en estos dos años de formación, a la profesión que nos acompañará día a día, esperemos que durante toda nuestra vida.

Sureñas en la Gran Ciudad